La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como Día Internacional de la Educación. Esta fecha tiene como objetivo resaltar la importancia de la educación en la promoción de la paz y el desarrollo sostenible en todo el mundo.

La educación es un derecho humano, un bien esencial y una responsabilidad pública.

Aprovechamos este día para reflexionar sobre un aspecto que muchas veces se descuida en la búsqueda de la excelencia educativa: el impacto de la visión en el proceso de aprendizaje.

Educación: El impacto de la salud visual

La visión juega un papel vital en todo el proceso de aprendizaje. Desde los primeros años de escolaridad hasta la formación académica y profesional, la salud ocular influye en la forma en que absorbemos y procesamos la información.

En el caso de los niños, la visión es uno de los sentidos más críticos para su aprendizaje y desarrollo, no sólo a nivel académico, sino también social y conductual. Se estima que alrededor del 80% del aprendizaje de un niño es visual, lo que incluye leer, escribir, usar ordenador y mirar una pizarra. Entonces, es fácil comprender que las dificultades visuales que no se detectan a tiempo pueden ser una causa importante de bajo rendimiento académico y autoestima en niños y jóvenes, por lo que es muy importante que los padres también sean conscientes de ello. las señales.

No sólo los niños, sino también los adultos pueden enfrentarse a grandes retos en el contexto de su formación profesional, así como en sus tareas diarias, si no le dan la debida importancia a su salud visual.

Condiciones como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo pueden afectar la lectura y la escritura, comprometiendo el aprendizaje, así como todas las actividades que requieren concentración visual. Además, la necesidad de lectura prolongada, la exposición a pantallas digitales y tareas detalladas pueden provocar fatiga ocular, lo que también afecta directamente a la productividad y el bienestar.

Educación: La importancia del examen visual

La prevención es siempre la mejor solución. Las consultas periódicas son fundamentales para detectar cualquier problema ocular en las primeras etapas. Los adultos deben realizarse un examen completo cada dos años, mientras que los niños deben realizarse controles anuales.

Al invertir en la salud ocular y valorar la educación permanente, estamos construyendo una sociedad más capaz, resiliente y preparada para afrontar los desafíos de un mundo en constante evolución.